Existió una vez un grano de arena que se enamoró de una estrella. Desde su playa la miraba, intentaba hablarle, con sus hermanos levantaba remolinos para que ella lo mirase.
Cómo saber si le veía, tan lejos, acá en la tierra. Pero siguió pidiendo al viento que le llevase allá, al cielo alto, con ella. Y siguió hablando, cada noche, al firmamento.
Si ocurrió o no algo entre ellos,nadie lo puede asegurar.
Pero lo cierto es que después, mucho después,
apareció entre la olas
una estrella de mar.
Tradición brasileña, escuchada a María Bethânia.
viernes, enero 05, 2007
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